Cada año, cerca de ocho millones de toneladas de plástico entran en los océanos del mundo, de acuerdo con un estudio publicado en la revista Nature en 2015. Las imágenes de islas de basura en el océano o de animales atrapados en residuos plásticos ya nos son tristemente familiares.
Se han encontrado plásticos incluso a 10.000 metros de profundidad, y en lugares tan sensibles como el Ártico ya han aparecido depósitos de microplásticos. Y es que, como recuerda la organización Greenpeace, los plásticos que usamos cada día, aunque los depositemos en el contenedor amarillo de reciclaje, también pueden acabar en el mar por la acción del viento y la lluvia.
¿De dónde proceden estos residuos? En gran parte se deben a la proliferación del plástico de usar y tirar, por ejemplo se estima que cada día se abandonan en España hasta 30 millones de latas y botellas de plástico. El plástico es un material muy persistente y que se dispersa con mucha facilidad, por lo que su cantidad en el mar no deja de aumentar. Además, se estima que el tiempo de degradación de los plásticos en el océano es mucho mayor que en la tierra, ya que está menos expuesto a la luz solar, a las altas temperaturas y al oxígeno.
Esta contaminación tiene consecuencias sobre el medio ambiente, por ejemplo se estima que cada año están muriendo más de un millón de aves y más de 100.000 mamíferos marinos a consecuencia de los plásticos que llegan al océano.
¿Cómo evitar que siga aumentando el impacto? Reducir, especialmente el consumo de envases de un solo uso, es fundamental. Por ejemplo, se calcula que la vida útil de una bolsa de plástico es de quince minutos, pero esta tarda 55 años en degradarse una vez que acaba en el mar. Cada vez hay más alternativas al plástico, especialmente en los objetos desechables y de la vida más cotidiana: bolsas de tela, comprar a granel, evitar el sobreenvasado en los alimentos que consumimos…
Además de las iniciativas personales de cada uno, ya comienza a haber iniciativas de tipo legislativo. Una de las más relevantes, y que seguramente tendrá más impacto, proviene de la Unión Europea, que ya ha anunciado la próxima prohibición de plásticos de un solo uso, una medida enmarcada dentro la primera estrategia europea sobre los plásticos, que presentó la Comisión Europea en el año 2018.
A su vez, existen numerosas iniciativas a nivel local para ir rediciendo progresivamente el uso de plástico y evitar que este problema de contaminación ambiental vaya a más.
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